Semana 9
Ciudades Eternas
(Abstracción clase)
Ciudades Eternas
SÍNTESIS
CULTURA URBANA Y
MEDIACIÓN COMUNITARIA
Capítulo 1
La ciudad: La unidad de lo diverso
1. Ciudad y cultura
urbana
La ciudad se ha convertido en el escenario
principal de la vida humana en los últimos siglos, y al parecer su importancia
seguirá creciendo cada vez más en las décadas por venir.
Las calles, esquinas, casas, edificios, parques y
plazas de las ciudades, son escenarios en los que transcurre la mayor parte de
las vidas humanas, ya sea que se viva en una gran ciudad, en una mediana, o en
un pequeño casco urbano.
La ciudad es todo eso y mucho más, pero en esencia,
es el lugar en el que se tratan y deciden los problemas públicos, y el espacio
desde el cual se ejerce el poder político, económico y espiritual de regiones,
naciones y continentes. Esas funciones le dan a la urbe una fuerza de atracción
enorme, gracias a la cual se ha convertido en una gran fábrica de bienes y
servicios, arte y cultura, inventos y pensamientos. Es por eso que en la ciudad
se desarrollan relaciones sociales de forma más frecuente y diversa que en
cualquier otro lugar que podamos imaginar. La ciudad aparece cuando la especie
humana se hace sedentaria y construye un espacio estable desde el cual
organizar su actividad. Las ciudades ejercen su influencia sobre provincias,
regiones y naciones, y se convierten en centros acumulativos y distributivos de
todo tipo de bienes, y en recintos para la toma de decisiones que afectan a
personas que viven dentro y fuera de sus linderos. También concentran, tarde o
temprano, los símbolos y los ritos de las distintas formas de poder.
Lo primero que es importante advertir es el hecho
de que la ciudad es un enorme caleidoscopio habitado por múltiples formas de
pensar, diversas creencias, posturas morales, pasiones, ideologías y gustos, lo
cual la hace altamente heterogénea.
Por eso se suele decir que la ciudad es, por
excelencia, el escenario de las diferencias, y por tanto un lugar poco propicio
para identidades monolíticas. En la convivencia de esas enormes diferencias,
las ciudades han encontrado un potente motor para su desarrollo, y un detonante
de su empuje y vitalidad. Pero quizá los más hermoso de las urbes es que
brindan la posibilidad de construir la unidad en medio de la diversidad, lo
cual es un rasgo propio de la cultura urbana
2. Breve reseña
histórica de la ciudad colombiana
De las numerosas tribus y razas que poblaron el
actual territorio de Colombia, antes de la llegada de los españoles, hubo dos
que se destacaron por el desarrollo de sus asentamientos humanos: la Tayrona y
la Muisca
Los Tayronas construyeron, en la Sierra Nevada de
Santa Marta, una extensa red de núcleos habitados en las cercanías de ríos y
quebradas, que se encontraban unidos por un sistema de caminos. Estos
asentamientos, que se calculan en cerca de 200, se encontraban articulados en
una suerte de federación.
Los Muiscas, por su parte, levantaron una serie de
asentamientos humanos más bien dispersos, ya que se encontraban estructurados a
lo largo de las zonas agrícolas de tres pisos térmicos: frío, templado y
cálido. Buena parte de las construcciones eran habitadas solamente en épocas de
cosecha, especialmente en los climas templado y cálido, mientras que otras,
preferencialmente las de clima frío, eran lugar de residencia más permanente.
Luego vino la era colonial con la llegada de los
españoles donde el mestizaje era evidente, comenzaron a introducir su cultura,
religión, y costumbres creando una reestructuración de todas estas ciudades
precolombinas y colonizando cada una de ellas haciéndolas aldeas europeas, las
cuales contaban con una plaza central y alrededor de ella edificios importantes
en los cuales se destacaban los edificios políticos y la más importante, la
iglesia, el centro del catolicismo que introdujeron los españoles a Colombia,
de allí se desglosaban las plazas de mercado, las cárceles, las villas de los
habitantes entre otros edificios.
Con el paso del tiempo y con la llegada del auto
motor las ciudades han presentado un cambio drástico en cuanto a su estructura
vial, pasaban de movilizarse a caballo a utilizar un medio de transporte más
robusto y con ruedas. Se debieron ampliar las calles y con esto muchas más
modificaciones.
De acuerdo a tales valores existirán unas actitudes
y comportamientos ciudadanos que serán aceptados o rechazados, y que servirán
como criterios para abordar, constructiva o destructivamente, los conflictos
entre las personas y los grupos humanos. De ahí la importancia de reflexionar,
para efectos de la mediación, acerca del contexto social y cultural en el cual
vive la ciudad.
1.3 Estructura física y sociocultural de la ciudad
La estructura física de la ciudad está determinada,
entre otros elementos, por los usos del suelo, las centralidades, los símbolos,
y los ejes. Los usos del suelo pueden ser, entre otros, residenciales,
comerciales, institucionales, o industriales. La forma como se distribuyen y
relacionan esos usos en cada sector de la ciudad, y en la ciudad en general,
influyen notablemente en los niveles de orden y desorden ciudadanos, y en el tipo
de conflictos que se
desarrollan entre los habitantes. Por ejemplo,
cuando un uso residencial se ve agredido por usos comerciales que alteran la
tranquilidad, el medio ambiente urbano, y las circulaciones por el espacio
público, se generan fuertes conflictos. Las centralidades son áreas de la
ciudad en las cuales se concentran de forma notable las ofertas de bienes y
servicios comerciales, culturales, educativos, recreacionales, etc. A las
centralidades acuden masivamente los habitantes para acceder a esos bienes y
servicios, dándose así una alta presencia de población flotante. Las
centralidades son como los corazones del organismo urbano y sin ellas éste no
podría sobrevivir.
La estructuración física de la ciudad contribuye,
sin ser el único factor, al desarrollo de relaciones sociales constructivas. Y
la estructura de las relaciones socioculturales está determinada, en primer
lugar, por las valoraciones compartidas que los habitantes tengan con respecto
a los componentes de la estructura física, y en segundo lugar, por la
protección, distribución y acceso democráticos que los habitantes tengan a los
bienes públicos que conforman la urbe.
En particular resultan de especial importancia las
valoraciones que compartan los ciudadanos a partir de lo que significan para
ellos los símbolos y los bienes públicos que han logrado habitar sus corazones,
ya sea a nivel de barrio de zona, de ciudad, de región, o de país. Identificar
tales valoraciones compartidas resulta fundamental para tramitar
constructivamente conflictos, ya que nos brindan puntos de partida no
discutibles entre las partes sobre el deber ser y los límites.
Capitulo 2
Hemos dicho que la cultura urbana es el conjunto de
valoraciones que median las relaciones de los ciudadanos entre sí, y de éstos
con la ciudad. Ahora bien, tales valoraciones podemos precisarlas y
comprenderlas al analizar los significados encarnados en cuatro elementos
socioculturales que explican en buena medida las actitudes y comportamientos de
las personas en la urbe. Esos elementos son: Simbolos, códigos, imaginarios,
ritos.
Las variaciones de configuración física, social y
cultural de cada territorio, condicionan de forma determinante la gestión del
conflicto, pues le confieren sentidos e inciden en sus potencialidades y falencias.
Además de todo lo anterior, las características específicas de la cultura
urbana depende también de los recursos de comunicación, organización, y
gestión, que los grupos humanos tienen en un momento determinado para crear
confianza, y construir credibilidad entre las personas y entre éstas, las
organizaciones sociales y las entidades públicas. Todos estos son los factores
que inciden en las características específicas que va adoptando la cultura
urbana en cada momento y lugar. El mediador debe tenerlos en cuenta al analizar
los conflictos y al diseñar estrategias para tramitarlos.
Hablemos ahora de cultura ciudadana. Esta consiste
en la incorporación de un conjunto de normas a la vida cotidiana de los
ciudadanos que permiten usar la ciudad y establecer relaciones entre
desconocidos, de conformidad a criterios de convivencia y prevalencia del
interés general sobre el particular.
Capitulo 3
De manera general, asumimos la participación como
la interacción entre grupos o personas en procesos de construcción de bienes
colectivos. De manera más restringida, la entendemos como interacción de la
ciudadanía con el Estado en los procesos de definición y aplicación de
políticas públicas.
Esa interacción apunta a revelar necesidades y
preferencias de la gente y a obtener una atención más adecuada y oportuna a sus
demandas, promoviendo modificaciones en la calidad y la distribución de los
bienes y servicios públicos. En este sentido, la participación podría ser vista
como cambio de actitud de los ciudadanos -pero en nuestro caso también como un
cambio de actitud del estado-, para asumirse como actores responsables de
bienes públicos y de las actividades que se desarrollan para su cualificación y
adecuada distribución. Igualmente podríamos decir que la participación se
presenta cuando alguien con intereses distintos a los estatales plantea
proposiciones diferentes o no pensadas por el Estado, ya sea en procesos de
planeación y gestión o en acciones y procesos de protección de derechos y
bienes colectivos.
La participación es un fenómeno muy variable que
evoluciona a través del tiempo. De hecho, la participación ciudadana es con
frecuencia fuertemente activada por intereses parciales y solo excepcionalmente
por el interés general.
La participación que se da en la vida real es un
conjunto desigual de participaciones ciudadanas que agencian intereses
parciales en su interacción con un Estado que responde a visiones ideológicas y
políticas particulares, pero que tiene la obligación de velar por el bienestar
general.
En el contexto de todo lo dicho hasta el momento,
resulta vital preguntarnos por aquellos factores que condicionan la calidad de
la participación. En principio podríamos pensar que a mayor cantidad de niveles
de relación, mejor calidad. Sin embargo ello no es necesariamente así, ya que
la calidad está asociada principalmente a la mentalidad de quienes intervienen
en la interacción, a su capacidad para pensar problemas y formular alternativas
y a su disposición cultural para el diálogo.
Capitulo 4
Debe ser una persona que conoce el enfoque
conceptual y la técnica de la mediación, capaz de facilitar la comunicación
entre las partes en conflicto e inducirlas a producir soluciones benéficas y
posibles para ambas, equitativas, y razonables. Es una persona neutral e imparcial,
pero que hace propuestas o sugerencias, en procura de la equidad, la bondad, la
razón, y la posibilidad del cumplimiento de lo acordado.
De un mediador se espera que posea cualidades
personales como ética, facilidad de comunicación, y credibilidad; que esté
capacitado para manejar etapas en el proceso de mediación, y que tenga
habilidades como escuchar, crear armonía, evaluar intereses, manejar la ira,
reenfocar problemas, o romper estancamientos que se producen en el diálogo
entre las partes.
Capitulo 5
El conflicto se ha visto tradicionalmente como un
problema. Pero el conflicto puede ser visto también como una oportunidad que se
nos presenta para hablar, aprender, y crecer. También puede ser visto como
rasgo natural y propio de la condición humana. No existen relaciones sociales
sin conflicto. Cambiar la actitud de personas hacia el conflicto de tal manera
que lo vean como una oportunidad para vivir mejor, es un aporte radicalmente
positivo a la cultura.
Clase 18
Abstracción en clase
Ciudades con patrones urbanos
Imágenes
Memoria descriptiva relación entre hombre y cuidad
El hombre y la ciudad (1) from Margarita S
Semana 10
(Abstracción en clase)
(Abstracción en clase)
Estructura espacial de las aldeas
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